Según el estudio EMIS llevado a cabo por CEEISCAT y la ONG Stop Sida se ha detectado un alto consumo de drogas recreativas entre gays y bisexuales, principalmente en Madrid y Barcelona o en verano en Ibiza o Sitges pero que ocurre en mayor o menor medida en toda España. Últimamente estamos escuchando hablar de las “chemsex parties” que son encuentros puramente sexuales en los que el éxtasis líquido, la mefedrona, el cristal o el conocido popper están a la orden del día y se convierten en el elemento imprescindible de estas orgías y encuentros.Basta con dar un paseo por las diversas redes sociales de encuentros gays o por locales de sexo para hombres para darse cuenta de la cantidad de HSH (Hombre que tienen sexo con Hombres) que buscan sexo acompañado de drogas de todo tipo. Aparte de los problemas psicológicos y disfunciones cardiovascularesque provoca el consumo de estas drogas una de las mayores preocupaciones que conlleva el uso y abuso de estas sustancias es el mayor riesgo de contraer alguna de las Infecciones de Transmisión Sexual o incluso el contagio del VIH.
Se está bajando la guardia en el uso del preservativo y las nuevas terapias antirretrovirales han hecho que sean muchos gays los que se despreocupen y no tomen las debidas precauciones. El consumo de drogas y alcohol a la hora de tener relaciones no está ayudando demasiado y es que en pleno momento de subidón es muy fácil olvidarse de lo que realmente importa que es la salud y la prevención. Se puede disfrutar del sexo sin tener que recurrir a la química.
Muchos pueden pensar que esto no es algo exclusivo del colectivo gay pero es preocupante cuando no somos ni un 10% de la población y somos casi el 50% de las nuevas infecciones de VIH en España y Europa. Es fácil mirar hacia otro lado en vez de coger el toro por los cuernos pero la realidad es la que es y no la podemos esconder en aras de la normalización y la visibilidad.
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